DESGRACIAS
Llevo una temporadita
con infortunios diarios,
parezco ser el Rey Midas
mas con efectos contrarios.
Todo se convierte en ruina,
lo que toco lo destruyo,
si una torre hiciera en Pisa
se inclinaría seguro.
La desgracia me persigue,
no puedo ocultar mis pasos,
y mire por donde mire
hay una pena acechando.
Todo el mundo me saluda
y todos piden dinero,
me entregan una factura
que me dicen que les debo.
Me cuesta cada saludo
de dinero algún buen pico,
de salud algún disgusto
y el perder un falso amigo.
La desgracia a diario llama
con insistencia a mi puerta,
quiere instalarse en mi casa,
quedarse a vivir en ella.
Y yo contento estaría
si ella sola se viniera,
no con hermanas y primas
y toda su parentela.
Mas … desgracia desgraciada,
que siempre en grupo nos llegan,
formando las malas rachas
de aflicciones y problemas.
La desgracia es la balanza
que nos permite pesar
la fortaleza del alma
cuando las cosas van mal.
Si sabemos superarla
nos hará fuertes y nobles.
Si perdemos la batalla …
¡la desgracia será doble!
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© Manuel de Churruca y García de Fuentes