EL BESO MUERTO
Un día que fui a besarte,
me retiraste tu cara.
Tú querías castigarme
porque estabas enfadada.
¡Pobre beso no nacido
que yo no he podido dar,
como un pobre pajarito
que no ha aprendido a volar!
¡Pobre beso marchitado
que no llegó a germinar,
bella flor que se ha secado
y no ha podido brotar!
Entre mis labios murió
porque no encontró tu cara,
tu desprecio lo fundió
con el aire y con la nada.
Yo podré darte mil besos,
uno por uno o seguidos,
más grandes o más pequeños,
más suaves o más sentidos,
en tu boca o en tu cuello,
en tu pelo o en tu piel,
pero el beso que se ha muerto
nunca podrá renacer.
Podrán ser besos ardientes,
de otras vivencias nacidos,
pero serán diferentes,
nunca los besos perdidos.
El beso que no se dio
no podrás recuperar,
porque son gotas de amor
diluidas en la mar.
No desprecies nunca un beso,
porque ellos se van al cielo
que viven los besos muertos,
del que no existe regreso.
-----oooOooo-----
© Manuel de Churruca y García de Fuentes