EL CUENTO
DE LA MADRASTRA
Con dos hijas quedó un viudo
cuando murió su mujer,
y tras un tiempo de luto
nupcias volvió a contraer
con otra mujer bonita
que hace poco que enviudó,
que también tiene una hija
del matrimonio anterior.
Con el padre y con la madre
cinco viven en la casa,
las dos hermanas de sangre
y la hija de la madrastra.
Si la madre ha de cortar
algún filete o tajada,
para así poderle dar
un trocito a cada hermana,
con gran generosidad
su hija se queda sin nada,
pues parte por la mitad
y lo da a las dos hermanas.
Mas luego dice en voz alta:
“¿No os da pena la hermanastra,
que es tan buena y tan callada,
y se ha quedado sin nada?
Vais a mostrar la bondad
que embellece vuestras almas:
vais a darle la mitad
cada una a vuestra hermana.”
Y la madrastra ladina
esta treta siempre usaba,
con lo que su hija comía
el doble que sus hermanas.
Es la estrategia mejor,
con resultado perfecto:
sacar el lucro mayor
y además … parecer bueno.
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© Manuel de Churruca y García de Fuentes