LA NIÑA DEL HOSPITAL
Hace ya cuatro semanas
que me trajeron aquí,
y estoy en la cuarta planta
de oncología infantil.
Ya tengo muchos amigos,
los médicos, las enfermeras,
y todos los demás niños
que nunca van a la escuela.
Dicen todos los mayores
que yo soy un angelito,
aunque de tantos dolores
se me ha caído el pelito.
Mis padres me han preguntado
si siento mucho dolor,
yo un poquito les engaño
y siempre digo que no.
- “No os preocupéis, no me duele”,
les digo con mi boquita,
mientras me suda la frente
y aprieto mis dos manitas.
Yo escapo de la tristeza
y sólo siento alegría,
porque el dolor de cabeza
lo convierto en mil sonrisas.
Mis padres me hacen masajes
acariciando mis sienes.
Por intentar aliviarme,
han refrescado mi frente.
Yo me acuerdo de Jesús,
de su pasión y su muerte,
colgado sobre la cruz …
¡y entonces ya no me duele!
Hoy estoy muy muy feliz
porque he tenido un gran sueño,
y es que venía a por mí
mi dulce Madre del cielo.
Ella mi nombre ha gritado
después de una gran sonrisa,
luego me ha dado la mano
y me ha subido hacia arriba.
Me ha dicho: - “No tengas miedo,
que tu sufrir se ha acabado,
que tu destino es el cielo
y en ángel te has transformado.
Tus padres … ¡no te preocupes!,
nosotros los cuidaremos,
viéndolos entre las nubes
de nuestra casa del cielo”.
… … … … … … … … … …
Enmudeció el hospital
que la niña ha fallecido,
la del tumor cerebral,
la de cara de angelito.
La niña ya se ha dormido,
descansa plácidamente,
todos lloran muy bajito
para que no se despierte ...
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© Manuel de Churruca y García de Fuentes