AMOR DESPERDICIADO
Cómo decir yo pudiera
a mi pobre corazón
que no es correcto que quiera,
que desperdicie su amor,
con mujer que no le quiere
y que nunca le querrá,
que a otro hombre le pertenece,
que no tiene libertad.
Que ni siquiera ni un día
ella de él se percató,
que es como entregar tu vida
a quien no te mereció.
Es como sembrar la arena
de un inhóspito desierto,
como hablar a las estrellas,
malgastando tu silencio.
Como empujar la montaña
en un inútil esfuerzo,
como perder la batalla
cada día sin remedio.
Una y otra vez lo digo
a mi corazón ingenuo
y por más que lo repito
nunca abandona su empeño.
Y por respuesta me dice
que es verdad que está sufriendo
con este amor imposible,
con este fatal deseo.
Pero prefiere purgar
estas penas sin lamento
y soportar y aguantar
este purgatorio fiero
que el abismo de pensar,
siquiera por un momento,
en no poder ni soñar
el amor que te profeso.
Porque si yo no tuviera
ni de soñarte el consuelo
esta vida pasajera ...
¡sería un infierno eterno!
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© Manuel de Churruca y García de Fuentes