AMORES DE LUNA LLENA
Ya su nombre no recuerdo,
ni tan siquiera su cara,
sólo recuerdo sus besos
y el brillo de su mirada.
La sombra de su figura
en aquella noche clara
que estaba llena la luna
y su cuerpo reflejaba.
Un resplandor blanquecino
de su fina piel de plata
con un tacto liso y frío
como la hoja de una espada.
Arropados por el brillo
de aquella noche estrellada,
que no ofrecía cobijo
pues su luz nos delataba.
Nuestro amor fue silencioso
casi sin decir palabra,
sólo escuchando en el fondo
latidos que se acompasan.
Estrechado en su cintura
acariciaba su espalda
que reflejaba desnuda
la suave luz azulada,
como una barca en la arena
que parece estar mojada,
espejando las estrellas
que en el cielo nos miraban.
¿Cómo es que estos sentimientos
fueron grabados en mi alma
si su nombre no recuerdo
ni tan siquiera su cara …?
Amores de luna llena
que duran una velada …
¡como un sueño se recuerdan
cuando llega la mañana!
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© Manuel de Churruca y García de Fuentes