BESO A UD. LA MANO
Yo siempre he visto besar
a educados caballeros,
con afectado ademán,
que tributaron su beso
en la mano que jamás
notó el amoroso fuego,
tan solo la frialdad
de reverencias de hielo.
Esos labios de coral,
esa boca y ese pecho
sólo resucitarán
cuando conozcan el beso
que al fin los enseñe a amar,
soñar estando despiertos,
sentir la felicidad,
descubrir sus sentimientos,
morir en el palpitar
de unos labios entreabiertos ...
¡Sólo así descubrirán
la pasión que llevan dentro!
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© Manuel de Churruca y García de Fuentes