EL HIJO PRÓDIGO
Tus hijos podrán sufrir
después de una decepción.
Al comenzar a vivir
comienza su gran lección.
Cuando ellos vuelvan a ti
acógelos con amor,
no digas “te lo advertí”
o “eso ya lo dije yo”.
Tú los debes recibir
con afecto y comprensión,
que ellos lleguen a sentir,
sin pedirlo … ¡tu perdón!
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© Manuel de Churruca y García de Fuentes