EL TORNILLO Y EL CLAVO
Le dijo el tornillo al clavo:
- “Eres muy brusco y directo,
vas entrando a martillazos
y con sonidos molestos.
Yo sigo una rosca estrecha
y voy entrando ajustado,
dando vueltas y más vueltas
sigo el camino marcado.
La cabeza no me duele,
no me acusan de violento,
e igual consigo meterme
aunque me cueste más tiempo”.
Moraleja:
Será preferible siempre
no utilizar el martillo,
y entrar fácil, suavemente,
como lo hacen los tornillos.
En la vida tu verás
que da mejor resultado,
que es mejor atornillar
que traspasar como un clavo.
Diplomacia y cortesía,
negociación y paciencia,
mano izquierda y simpatía …
¡siempre huir de la violencia!
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© Manuel de Churruca y García de Fuentes