ESPERANDO LA MERIENDA
Ayer coincidí en el tren,
al salir de mi estación,
con una bella mujer
y un niñito mofletón.
Ella sacó del sostén
un gran pecho tentador
y una y otra y otra vez
a su niño lo ofreció.
Mas el ingrato bebé
la merienda rechazó,
y ella, ante tanto desdén,
varias veces repitió:
- “Si tú no quieres beber
se lo daré a este señor.”
Varios intentos después
seguía la situación …
Yo tenía mucha sed
y una gran excitación
y tuve que responder:
- “Señora, haga usted el favor,
decídase de una vez,
que mi estación se pasó,
y yo ya quiero saber …
¡si me va a tocar o no!”
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© Manuel de Churruca y García de Fuentes