LA BARCA DE ORO
Un pescador encontró
dos barcas sobre la arena,
una fabricada de oro
y otra de buena madera.
Pero éste no prefirió
la barquilla marinera
sino el pesado tesoro
que eligió con ligereza.
La barca de oro llevó
hasta las aguas abiertas
y en ellas se hundió hasta el fondo
por su codicia rastrera.
Pensad bien vuestra elección,
yo os digo por moraleja,
que a veces lo más valioso …
¡no es lo que más interesa!
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© Manuel de Churruca y García de Fuentes