LA PALOMA HERIDA
Yo vi una pobre paloma
con las dos alas tronchadas
que se arrastraba afanosa
por subir a tu montaña.
Antes, con un corto vuelo,
ella subía y bajaba
y hoy, con todos sus esfuerzos,
apenas puede alcanzarla.
Sus plumas sucias del polvo,
su pecho con muchas calvas,
sólo es un simple despojo
de aquella paloma blanca
que antes veloz y ligera
surcaba las cumbres altas
e iba siempre la primera
dirigiendo su bandada.
Hoy, dolorida y enferma,
alas abiertas arrastra
trepando por la ladera
sobre piedras afiladas.
Como una brillante luna
era su cuerpo de plata,
como la nieve más pura
por el sol iluminada;
hoy un manojo de plumas
sucias, rotas y manchadas,
que salta las piedras duras
sobre sus dos cortas patas.
Ha cambiado el ancho cielo,
su libertad estrellada,
por el infierno en el suelo
que la tiene encadenada,
sin poder subir la cima
donde tú tienes tu casa,
porque antes era tu amiga
y hoy se siente como extraña.
¿Quién así la maltrató?
¿Quién le rompió las dos alas?
¿La pena o el desamor
tras tu pasión olvidada?
Si ves la paloma herida
quiero que intentes curarla,
te es de sobra conocida,
porque ella en verdad … ¡es mi alma!
-----oooOooo-----
© Manuel de Churruca y García de Fuentes