LA VENUS DE MÁRMOL
Una mujer admiraba
una preciosa escultura
que a todo el mundo asombraba
por su exquisita hermosura.
Era una venus de mármol
finamente cincelada
del color más puro y blanco
de las minas de Carrara.
Como una diosa romana
luciendo desnudo el cuerpo,
con proporciones exactas,
con equilibrio perfecto.
La estatua dijo a la dama
que la estaba contemplando:
- “Toda la gente se para
cuando pasa por mi lado,
envidiando mi belleza,
disfrutando mis encantos”.
Más la dama le contesta
mostrando su desagrado:
- “Prefiero ser imperfecta
y luchar por ser mejor,
que ser, cual tú, piedra muerta,
muy bella y sin corazón”.
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© Manuel de Churruca y García de Fuentes