MUJER CELOSA
Tus labios fueron la fuente
para las sedientas damas,
donde sus bocas ardientes
sus pasiones apagaban.
Tus ojos fueron espejo
de muchas otras miradas
que observaban los reflejos
de caras enamoradas.
Tus brazos fueron cadenas
de mucha fiera amansada,
que por tus encantos ciegas
a tu trampa se arrojaban.
Tu boca inventó los versos
de muchas bellas palabras
que transportaban al cielo
cuando tú las susurrabas.
¡Tantas mujeres pasaron
que no puedes recordarlas!
¡Tantos ojos, tantas manos
y tantas bocas besadas ...!
Cesó el temblor candoroso
de las almas engañadas,
con sus corazones rotos
y sus vidas arruinadas.
Cuando te miro recuerdo
a todas esas muchachas
con sus labios entreabiertos,
su mirada ilusionada,
entre tus brazos su cuerpo,
completamente entregadas ...
¡y entonces siento unos celos
que me están quemando el alma!
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© Manuel de Churruca y García de Fuentes