TIERRA REDONDA
Yo te perseguí corriendo,
corriendo te perseguía,
mas vi que te iba perdiendo
por más y más que corría.
Apretaba más el paso
y mayor distancia había,
te ibas distanciando tanto
que casi … ni te veía.
Mi corazón se angustiaba
al sentir que te perdía,
tan raudos eran tus pasos
que al fin … te perdí de vista.
Estaba cansado ya
de tanta y tanta corrida,
agotado de verdad
de esta veloz poesía.
Pero redonda es la tierra
y vueltas nos da la vida …
Cuando giré mi cabeza …
¡eras tú quien me seguía!
-----oooOooo-----
© Manuel de Churruca y García de Fuentes