EXPLICANDO UNA TARDE ANATOMÍA

 

Explicando una tarde anatomía

un sabio profesor,

del corazón a sus alumnos daba

perfecta descripción.

 

Anonadado por sus propias penas

la cátedra olvidó,

y a riesgo de que loco le creyeran

con alterada voz:

 

- "Dicen, señores, -explicaba pálido-

que nadie consiguió

vivir sin esa víscera precisa.

¡Error, extraño error!

 

Hay un ser de mi ser, una hija mía,

que ayer me abandonó,

¡las hijas que abandonan a sus padres

no tienen corazón!"

 

Un estudiante que del aula oscura

se oculta en un rincón,

mientras los otros asombrados oyen

tan público dolor,

 

sonriendo a un amigo y compañero

le dijo a media voz:

- "Piensa que a su hija el corazón le falta ...

¡y es que lo tengo yo!"

 

             -----oooOooo-----