LA COMPRA DEL ASNO
(A los que compran libros
sólo por la encuadernación)
Ayer por mi
calle
pasaba un borrico,
el más adornado
que en mi vida he visto.
Albarda y cabestro
eran
nuevecitos,
con flecos de seda
rojos y amarillos.
Borlas
y penacho
llevaba el pollino,
lazos, cascabeles
y otros atavíos;
y hechos a tijera,
con arte prolijo,
en pescuezo y anca
dibujos muy lindos.
Parece que el dueño,
que es, según me han dicho,
un chalán gitano
de los más ladinos.
vendió aquella alhaja
a un hombre sencillo;
y añaden que al pobre
le costó un sentido.
Volviendo a su casa,
mostró a sus vecinos
la famosa compra,
y uno de ellos dijo:
- "Veamos, compadre,
si este animalito
tiene tan buen cuerpo
como buen vestido".
Empezó a quitarle
todos los aliños
y bajo la albarda,
al primer registro,
le hallaron el lomo
asaz malferido,
con seis mataduras
y tres lobanillos,
amén de dos grietas
y un tumor antiguo
que bajo la cincha
estaba escondido.
- "Burro -dijo el hombre-,
más que el burro mismo,
soy yo, que me pago
de adornos postizos".
A fe que este lance
no echaré en olvido,
pues viene de molde
a un amigo mío,
el cual, a buen precio,
ha comprado un libro
bien encuadernado …
¡que no vale un pito!
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