LA MUERTE DE LAS OLAS
Las olas vienen de lejos,
pero mueren en la playa …
Miro sus últimos metros,
¡estertor de espuma blanca!
Cuando llegan rompen fuertes
y su azul se torna nácar,
besan la arena y se vuelven
para frenar las que avanzan.
Huele a salitre su muerte,
a humedad que hondo se cala,
a un perfume diferente
de algas y arena mojada.
Como el mar quisiera verme,
que nunca duerme o descansa,
que muere infinitas veces …
¡pero renace otras tantas!
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© Manuel de Churruca y García de Fuentes